agosto 23, 2009

Nuestra cultura andina

Un texto de Javier Huamán Lara, Coordinador General de la Red
Hablar de nuestra cultura andina es hablar del sentir, de la forma de entender, la forma de actuar juntos, de nuestro espacio, de donde estamos viviendo. La cultura andina es la forma de vida y la forma de vivir. Basarnos en las propias costumbres que tenemos en nuestras comunidades, eso es cultura andina. Nuestra cultura es el valor natural de nuestras propias costumbres, el valor natural o el lenguaje mismo que empleamos nosotros dentro de nuestras comunidades.
La forma de entender las cosas tal como las entendemos en nuestras comunidades: ésa es nuestra cultura. Nosotros no podemos avergonzarnos ante nadie con la forma que somos.
Nosotros como personas, como humanos, tenemos una estrecha relación con la naturaleza. Vivimos juntos con la naturaleza. Nosotros creemos en nuestros cerros, creemos cuando el sol se eclipsa. Cuando se eclipsa el sol, nosotros lloramos, tocamos campanas, y rezamos; ellos dicen «Esos son campesinos ignorantes, creen en cosas que no deben creer». De una y otra manera nos tratan de suprimir, de aislar de nuestras propias creencias.
Nosotros somos políticos en la política de nuestra comunidad, sin que nos enseñen de alguna manera nadie, pero sí hemos podido enfrentar algunas dificultades, y estas dificultades las estamos enfrentando en una forma común.
Nosotros tenemos que dar vida a lo que sabemos y conocemos dentro de nuestra cultura. Nuestra cultura andina es la forma como entendemos las cosas.
Hay muchos mayores que conocemos, nuestros abuelos, nuestros bisabuelos, y ellos no se han dejado seducir, han sido muy fuertes cuando alguien ha venido a imponerse a que dejen de utilizar sus cosas, ¡con derecho se lo han mandao rodar! Y era justo, y les han dicho nomás «Ese viejo ignorante» ¡no es ignorante! Quiere vivir como indio, ése es un derecho.
Todavía nos sentimos avergonzados. Si alguien nos visita a la casa y nos encuentra tomando un caldito verde, nos sentimos avergonzados. Pero no debemos sentirnos avergonzados porque es nuestra forma de vivir. Nosotros podemos invitar un plato de comida a un visitante, y hay que darle nuestras propias cosas, lo que tenemos ahí. No podemos esperar esforzarnos de conseguir. Porque a veces, cuando alguien llega de una ciudad, tenemos que cambiar las comidas ¡Bueno, pues, si no le gusta un caldo verde, que no lo tome, que no lo coma!
Hablando de la cultura andina estamos en busca de una liberación. Este equipo de rescatadores y afirmadores de la cultura estamos buscando un hilo liberador, un camino. Estamos para dar a conocer a nuestra gente, a dar a conocer porque es nuestra realidad, lo que es la sabiduría de nuestros mayores, y también ver cómo está ahorita lo que es la sociedad y compararla con la sociedad antigua de nuestros mayores.
Esta es nuestra cultura, pues, esta es nuestra concepción. Ha habido una coordinación estrecha con la naturaleza, ha habido una experiencia en los cerros, se sabía cuál es el cerro que tiene un «poder».

Philippa Doust en Trafalgar Square

Uno de los más famosos escultores ingleses, Anthony Gormley, ha propuesto que el único plinto vacío en Londres –la famosa Trafalgar Square– no sea un espacio «muerto», sino vivo por el arte de la presencia (los otros zócalos tienen estatuas de personajes famosos de la historia). Así, por cada hora durante 100 días, la población del Reino Unido ha sido invitada para estar en el plinto vacío y ser una escultura 'en vivo'.
Los participantes han sido seleccionados por lotería. Y Philippa ha ganado un lugar para el sábado 29 de agosto a las 15:00 horas. Como se puede hacer lo que uno quiera sobre el plinto (algunas personas cantan, algunos no hacen nada, algunos leen, etc.), ella ha decidido dar a conocer las Bibliotecas Rurales de Cajamarca. Será como una campaña de sensibilización: Philippa se sentará en el zócalo con un gran libro realizado por su papá, Graham Doust.
Esta “extraña” idea de Anthony Gormley ha tenido reacciones mixtas. Sin embargo, la mayoría de la gente piensa que es divertida y ha despertado un gran interés (http://www.oneandother.co.uk/participants/)
Philippa prepara con esmero y entusiasmo su participación: a P. Juan Medcalf –fundador de la Red–, su tío, le habría gustado participar con ella.
Kathy Doust

agosto 22, 2009

Encuentro de ‘Juanitos’

Durante los días 1 y 2 de agosto se llevó a cabo en III Encuentro de Niños, Padres y Coordinadores del Programa Comunitario de la Red, con la finalidad de buscar sendas más amplias para nuestro caminar juntos al lado de los niños “discapacitados” en las comunidades campesinas de Cajamarca.
En esta ocasión trabajamos intensamente la temática de los “Derechos del Niño” en el contexto de la cultura andina. Abarcamos esta materia desde diferentes ángulos: canciones, poesías, ponencias, audiovisuales, conversaciones y expresiones artísticas con y desde los propios niños.
De igual importancia fueron las capacitaciones e intercambios en otras áreas: la elaboración de materiales para terapias de lenguaje, la preparación de medicina homeopática para casos de epilepsia, el aprendizaje de nuevas técnicas de masajes y relajamientos, la introducción al tema de las comunicaciones vía Internet y –especialmente para los niños y padres de familia– el recorrido a los principales lugares históricos de la ciudad de Cajamarca.
Este Encuentro, como todos los nuestros, no hubiese sido posible sin la ayuda de muchas manos – desde las que cosecharon los aportes para la olla común hasta los que nos guiaron en nuestro paseo. Agradecemos muy de veras a todos por su solidaridad y apoyo, principalmente a los niños participantes de nuestro Programa, que demostraron durante estos días que son realmente extraordinarios.

Sara Heery solidaria

Sarah Heery nació en Wirral, Merseyside, Inglaterra, el 2 de octubre de 1963. Falleció el 12 de abril de 2008. Fue la tercera de cinco hermanos en la familia de Jack y Margaret Heery.
Sufrió gran parte de su vida de una enfermedad pulmonar crónica y casi murió cuando tenía nueve años. Sin embargo no hizo caso a su enfermedad y vivió su vida con energía y entusiasmo. Fue a la universidad en Londres para estudiar francés, pasó dos años en Francia y más tarde hizo un diplomado en bibliotecología. Durante este tiempo viajó mucho. Estuvo de visita en China durante las protestas de la Plaza Tiananmen. Regresó a Europa en el ferrocarril transiberiano y estuvo presente para la toma de mando de Nelson Mandela como Presidente de la nueva República de Sudáfrica.
Sarah fue durante muchos años jefa de la biblioteca de Ayuda Cristiana y siempre pensó que era necesario conocer directamente la labor de las contrapartes en los diferentes países. Tomó un año sabático para reorganizar dos bibliotecas eclesiásticas de la Universidad de Grahamstown en Sudáfrica; trabajó durante seis meses en un proyecto para reorganizar y sistematizar la biblioteca de la Universidad de Addis Abeba, en Etiopía –a donde regresó un par de años más tarde para actualizar el trabajo–; y quedó encantada de poder conocer, en una visita, el trabajo de las Bibliotecas Rurales de Cajamarca, en 2002.
La experiencia de Sarah en el Perú tuvo mucho impacto y le ayudó a comprender la situación de los que no disponen de acceso a un servicio bibliotecario completo. Conoció al Padre Juan Medcalf y quedó muy impresionada con la labor de la comunidad de Bibliotecas Rurales que él había iniciado. Sarah empezó a escribir acerca de esta organización y, a menudo, conversó sobre el trabajo de los coordinadores, bibliotecarios y voluntarios.
Incluso después de salir de Ayuda Cristiana mencionó muchas veces la situación en el Perú y persuadió de esta manera a sus amigos a tomar interés en ello. Cuando murió, a los cuarentaicuatro años, ya había comenzado una campaña de recaudación de fondos para Bibliotecas.
Su familia y amigos siguen esta iniciativa para mantener viva la memoria de Sarah en el Reino Unido y en América del Sur.
Helen Heery, 31 de julio de 2009

agosto 18, 2009

Animando a leer

En los caminos hacia alguna de las más de seiscientas comunidades en las que nos encontramos, así como en las propias Bibliotecas Rurales en las casas de los comuneros bibliotecarios, se pueden hallar afiches animando a la lectura. Aquí compartimos uno de ellos:

La dignidad de los pueblos también se escribe leyendo

En marzo de este año nuestra Red publicó los “Apuntes sobre la promoción de la lectura en áreas rurales”, de Alfredo Mires.
El texto había sido solicitado por los organizadores del II Encuentro Nacional de promotores de Lectura realizado en Colombia, en octubre del año pasado.
Alfredo Mires dice en este documento:
La promoción de la lectura define, en gran medida, el lado de la historia en el que nos ubicamos. No se puede ser neutral porque la lectura tampoco lo es. Ignorarlo es tomar posición del lado de quienes intentan ocultar esta realidad para impedir que pueda ser transformada.
Promover la lectura es adherirse a las realidades y a las expectativas de las poblaciones. Más aún, la motivación de la lectura ha de ser un reflejo de las capacidades de decisión, de los intentos de apropiación y de las búsquedas genuinas de las propias comunidades, de quienes la asuman como una herramienta para seguir aprendiendo desde su mismo contexto.
No aprender a leer por leer, sino en la procura de aquel abono que incremente el discernimiento desde la propia cultura, en el amacolle de una fronda desde las propias raíces.
Porque lectura no es evasión: es inmersión y riesgo, es liberación e impulso. Leer es reprobar la indolencia y ejercer el derecho al humor compartido, a la gratificación merecida y a una vida que no sea sinónimo de desgracia
”.

agosto 11, 2009

Gli occhi di Gabi

Los ojos de Gabi” es el nombre de un testimonio escrito por Alfredo Mires (miembro fundador y asesor de la Red) desde la mirada de Gabi, una niña campesina con parálisis cerebral infantil.
Yo no soy una «minusválida» ni una «discapacitada» –dice Gabi, y se pregunta–: “¿Quién será más «minusválido», uno que no puede entender a tantos o tantos que no saben entender a uno?; ¿Quién será más «discapacitado», uno que no hace porque no puede o uno que no hace aunque pueda?”La primera edición bilingüe español-alemán del texto apareció en febrero del año 2007, y diez meses después la segunda edición.
El libro está completamente ilustrado con imágenes de antiguas pinturas rupestres, petroglifos, litoesculturas y cerámicas de Cajamarca.

agosto 08, 2009

Cerro El Retablo, en Catache


El GEPA (Grupo de Estudios de la Prehistoria Andina) de nuestra Red, estuvo en la comunidad de Catache para conocer y saludar al Apu El Retablo, a inicios del mes de julio.
Acompañados por las autoridades comunales, tuvimos la ocasión de hacer un largo recorrido por el área.
El cerro conserva vestigios de ocupación muy antigua entre los santuarios, tumbas y galerías subterráneas que lo caracterizan.
Desde el interior de los ductos se puede acceder a enormes ventanas naturales ubicadas en los farallones inaccesibles desde el exterior. Y desde ahí contemplar el imponente paisaje en el que sobresale la cúspide del Apu Tantarica, el lugar donde aún hoy permanecen los restos de la antigua ciudad de piedra que fuera, probablemente, capital de la gran comunidad de los Cuismanco, hasta antes de la llegada de los Inca a territorio cajamarquino.
El Retablo ha estado cubierto de bosque hasta hace poco, pero el pastoreo de cabras ha medrado su abundancia. Se conservan aún árboles de maqui-maqui, así como lorowach’anan (lugares de anidar para los loros). Y en el imponente mogote del Cashaloma (“La loma de las espinas”) se puede hallar gran cantidad de libiactuyu (“La bromelia del señor del rayo”, del ayllu de los llacuaces), una laya de penca poco frecuente en el área.

Camino a Catache

Saludamos la visita que nos hiciera la profesora Ana Guaylupo y la señorita Alicia Huamán, de la comunidad campesina de Catache, ubicada en el distrito de Magdalena, Cajamarca.
Ellas se apersonaron con el interés de acompañarles a reconocer el valor del cerro El Retablo, el Apu o montaña tutelar de su comunidad.
Para llegar a Catache se toma la misma ruta que va hacia el santuario de piedra y agua de Cumbemayo (“El fino tejido del río”); el camino se bifurca hacia el suroeste y entonces se abre ante la vista el majestuoso paisaje de las montañas sobre los 3000 metros de altitud, descollando el Apu Colladar, montaña tutelar del distrito de Asunción, al otro lado de una ladera que cae casi en picada hacia la margen izquierda del río Jequetepeque.
Son estas montañas las que hacen posible el pródigo clima de la zona, a más de constituir verdaderos colchones acuíferos y refugios de plantas y animales.
El Colladar, como muchos de los espacios sagrados para los cajamarquinos, se halla bajo la amenaza de depredación por parte de las industrias mineras, con todo lo que aquello significaría para la cultura agrícola y la vida de las comunidades.

Nuestros mayores cuentan I


La piedra y el zorro

El zorro andaba burlándose de una piedra que se hallaba en el camino. Cada vez que pasaba lo decía:
– Ya es hora que te boten de aquí porque mucho estorbas; como no puedes moverte, no sirves para nada.
Un día la piedra se cansó de soportar tanto insulto y lo desafía al zorro.
– Dices que soy inútil. Hagamos una apuesta en carrera a ver quién gana.
El zorro, seguro de ganar la apuesta, acepta. La piedra, que se encontraba al filo del cerro, lo dice:
– Correremos de bajada.
Y el zorro, medio vivo, maliciando dice:
– Vua traer una soga para que corramos juntos, porque tú segurito que me vas a engañar, porque ni patas tienes. No sé cómo podrás correr.
El zorro amarró a la piedra del centro y él se amarró del cuello.
– Correré yo primero –dijo el zorro zonzo.
Empezó la carrera. El zorro jaló y la piedra, en cada vuelta que daba por la pendiente del cerro, golpeaba al competidor.
Cuando terminó la carrera el zorro estaba todo destrozado y muerto.
Así, sin tener patas, la piedra ganó la apuesta.

Contado por Cruz Huaccha, de Paccha Chica Alta.Recogido por Aurora Portal, de Pariamarca