septiembre 24, 2011

Voluntariados


El voluntariado en nuestra organización tiene diversas modalidades: desde una presencia permanente, por lapsos determinados o en tareas muy específicas.
En el transcurso de estas semanas hemos contado con el apoyo de la señora Laura Bazán Díaz, Ingeniera de Sistemas y docente de la Universidad Nacional de Cajamarca quien, con sincero entusiasmo, colabora con nosotros en el proceso de informatización de nuestro Centro de Canje.
El filósofo, matemático y alquimista Isaac Newton decía que “La virtud sin la solidaridad es sólo un nombre”. Contar con el quehacer voluntario anima nuestros andares, más aún cuando la experticia se pone al servicio esta causa solidaria.

Herrar es humano

Ocurre algunas veces en un comprobante, una proforma, una solicitud, un informe, etc., sobre nuestros libros: los nombres aparecen cambiados.
Algunos cambios son de antología y por eso, desde hace un tiempo, hemos venido registrando estas alteraciones.
Aquí las compartimos.


septiembre 23, 2011

Urdiendo el voluntariado


En una nota del mes de mayo reflexionábamos sobre aquello que significa Urdir la Red: “...Si trabajamos juntos, siempre nos alegra una sonrisa, una anécdota, una canción, un tensar los nudos juntos y acomodarlos. Es que juntos no sólo tejemos, sino que SOMOS RED”.
En esta experiencia de voluntariado –que marca el camino de la Red Bibliotecas Rurales a lo largo de estos 40 años–, los nudos se convierten en nexos fuertes y sólidos expresados en amistades fraternas compartiendo trabajo, ideales y proyectos en marcha, la necesidad de estar juntos a pesar de la distancia.
Melanie Irmey, estudiante de nacional alemana, se incorporó por unos meses como voluntaria en la familia de Bibliotecas Rurales, en febrero del 2010. Luego de su retorno a Alemania mantuvo el contacto y hoy nuevamente la tenemos con nosotros para participar del trabajo, urdiendo la Red que cada vez es más grande.
Gracias, Melanie, por este acompañar. Y bienvenida siempre: esperamos que tu estadía sea fructífera y que podamos seguir aprendiendo en equipo.

septiembre 10, 2011

Mensaje de Mara

Mara Elina Mires Mocker tiene 9 años y también participa como voluntaria, tanto en el trabajo de campo como en la Oficina Central de nuestra Red.
Hace unos días escribió este texto y lo dejó, así nomás, sin comentarios.
Aunque no era su intención que apareciera en el blog, nos parece grato compartirlo.


El Programa Comunitario de las Bibliotecas Rurales apoya a los niños con discapacidad para su mejoría y su buena salud.
En todos los años que he visto trabajar a mis papás, a la profesora Karina, la Lola, la Isabel, etcétera, nunca he visto que se rindan y eso me parece una buena iniciativa para seguir con el programa comunitario y con nuestras bibliotecas.
Yo siento que sin ellos nunca hubiese aprendido nada sobre lo que es el campo. Y siento que es algo muy bonito en lo que me gustaría siempre vivir.
La verdad es que nunca vi un trabajo tan bueno que ayudara a tantas personas.
Esto escribo ahora.
Mara

En vereda


Cuando la familia crece y más cuando sus miembros se encuentran dispersos, siempre hace falta contar con algún lugarcito que nos permita reunirnos, al menos de tiempo en tiempo, para recordarnos que no estamos solos, para prepararnos juntos y seguir andando.
Hace varios años la familia de Bibliotecas Rurales empezó a construir su casa aunando esfuerzos con todos los miembros de la Red procedentes de las diferentes comunidades, en un trabajo mancomunado y voluntario llamado en lengua quechua minga.
Esta nuestra casa, aparte de haber quedado bien hecha, tiene la virtud de acogernos en nuestras asambleas: por eso la queremos tanto y nos preocupamos de cuidarla y de que cada día se vea más bonita.
Hace unos días, compañeros nuestros arreglaron la vereda de la entrada para protegerla de la humedad y de aquellos inconscientes que tiran basura en la calle.
“¡Lleguen, lleguen!”, decimos en el campo cuando animamos a alguien dándole la bienvenida al visitarnos.

Aquí estamos…

Hace unos dos mil quinientos años, el sabio Maestro Kong –más conocido como Confucio–, dicen que dijo: "Transporta un puñado de tierra todos los días y construirás una montaña".
Sobran las ganas de seguir y seguimos con un esfuerzo que es comunitario.
Nos decía nuestra compañera Virginia: “Nos hemos criado con Bibliotecas Rurales: esto es lo nuestro”.
Hace unos días aprovechamos la presencia de algunos Coordinadores para conversar de nuestros andares, compartir algunas experiencias, anécdotas y preocupaciones. Esto nos ha motivado aún más para seguir afianzando el trabajo, así es que con mucho entusiasmo hemos fijado una fecha para reunirnos nuevamente y cada quien se hará presente con nuevas ideas y con alguito para la olla común.
Estamos ansiosos de que llegue esa fecha para empaparnos de ese buen ánimo.

septiembre 09, 2011

Nuestros mayores cuentan

Las comidas vivas y la casa de Dios
Mi abuelito me contó que él estaba trabajando en una pirca y tamién tenía una barreta.
Un día se apareció una culebra que quería picarlo y él le dio un barretazo. En eso apareció una centella con garuga y él no se acordó más.
Y días se acordó que estaba en el cielo y Dios le estaba curando su cabeza onde le dio el trueno. Tamién dijo que Dios le dio un vaso de leche con pan.
Ahí era un almacén de todas comidas y un cuarto que atiende a los enfermos. Y en eso vio que todas las comidas son vivas: llegó un grano de trigo arrastrau sus tripas, tamién las papas sacau los ojos, un maíz a quejarse que era cojo y una tusa llegó quemada, tamín llorando y otra tusa llegó arrastrau las tripas.
Eso es lo que vio en el cielo.
Entonces Dios le dijo:
- Ahora te curo y te vas por un tiempo, no te necesito, después te traeré.
Y diay se recordó en su mismo sitio, pero trastornau con su cara y su cabeza quemau.
Por eso nos dijo que no lo botemos poray a los granos o a las tusas al camino porque se tropellan y lo revientan y se van llorando a Dios.

Contado por Dionisio Lobato, de Ramón Castilla, Libertad, Pallán.
Recogido por Santos Mayta Carrión, de 7 de Junio, Libertad, Pallán.