febrero 15, 2012

Bibliotecas Rurales: Donde el viento apedrea


Muy arriba de la cordillera, donde limitan las provincias de Hualgayoc y Chota, está la comunidad de Huayrasitana; en lengua quechua el nombre significa “Donde el viento apedrea”.
Ahí, hace cuarenta años, se formó la primera Biblioteca Rural de nuestra Red.
El Padre Juan Medcalf animó a don Donato Eladio para que fuera el bibliotecario.
Hace ya muchos años que don Donato falleció, pero su hijo asumió la responsabilidad de la biblioteca por un tiempo. Y luego, hace ya más de ocho años, la comunidad eligió como bibliotecario a don Nolberto Rojas Saavedra.
“Aquí las bibliotecas empezaron desde abajo. Nada se ha hecho nunca desde arriba”, dice don Nolberto: “Nada ha venido de arriba: esta historia la estamos escribiendo nosotros”.
Don Nolberto comprende que este andar no acaba nunca: “Aquí piden mucho libros de cuentos. Y queremos aprender quechua. Como dice el afiche de nuestras Bibliotecas “Si más leo más crezco”. ¡Es que uno cuando lee se hace más joven!. Si uno tiene, por ejemplo, mala ortografía, cuando lee mejora su capacidad. Yo me había olvidado de leer y escribir, pero con la biblioteca recuperé mi capacidad”.
En estas cimas, en estos caminos y en esta brega, nuestro querido compañero Juan Medcalf, así como todos los bibliotecarios y comuneros difuntos, pueden decir como decía el poeta indio Rabindranath Tagore: “Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando”.

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