mayo 31, 2013

Feliz día del libro

Aquí un generoso saludo que habíamos recibido por el Día del Libro:
“Oí en radio que hoy es día del libro… hablaron de bibliotecas, del libro, del idioma español y pensé «¿Por qué no hablan de una vida como la de Bibliotecas Rurales, de cómo nacen sus libros, de cómo es un espacio libre, abierto, natural al rescate de lo que nos sustenta por siglos aquí en América...?»
En la nota radial solo hablaban del español olvidando los idiomas que siempre hubo aquí, que no sólo han sido idiomas, que han sido piedras, dibujos, arte,...
Por eso, en nombre de los libros que ustedes hacen, reciban un gracias, por el enorme esfuerzo de hacerlos y difundirlos sin descanso bajo el ardiente sol, el imponente viento, las lluvias, el lodo, el polvo de los caminos y la incomprensión de algunos.
El futuro se los agradecerá”.

“Estamos cansados del hambre”

En el mes de marzo, muchas mujeres alemanas del pueblito de Altensteig, en la Selva Negra, unieron sus manos y sus esfuerzos preparando sopas, estofados y postres para venderlos después de la misa dominical.
Esta actividad se realizó en el marco de las actividades para el periodo de ayuna de Semana Santa del 2013, propagadas por la obra episcopal de la iglesia católica alemana. El lema de este año es: Estamos cansados del hambre.
Como en varias ocasiones anteriores, también esta vez los niños y niñas del Programa Comunitario fueron los elegidos de recibir los fondos reunidos durante esta acción solidaria.
Como el hambre es la principal causa de discapacidades, nos identificamos con este lema. Pero sabemos, también, que el hambre no sólo es un fenómeno fisiológico.
Por eso rezamos en nuestras mesas:
Bendice, Señor, estos alimentos que vamos a recibir de tus manos.
Da pan a los que tienen hambre
y hambre y sed de justicia a los que tenemos pan.

Agradecemos de corazón a estas señoras alemanas que saben que se necesitan muchas manos más para saciar todas las hambres de este mundo.

mayo 14, 2013

Arrayán

Diosito emplumado, desafías la tristeza en los senos del geranio.
Qué la eternidad sea leve, pero fértiles los besos.
Qué no haya otro roce que el de los cuerpos,
más querencia que el movimiento de las alas,
la firmeza del pico y el rubor de los pétalos que tiemblan.

Así de bello escribe Julio César Goyes Narváez, filósofo y literato colombiano, ganador de diversos premios por su obra poética.
Recientemente publicó “Arrayán”, poemario ilustrado con los también geniales cuadros del pintor peruano-colombiano Armando Villegas.
Aunque no se conocen personalmente –pero sí mutuamente sus obras–, el poeta Goyes Narváez pidió a nuestro compañero Alfredo Mires escribir el prólogo para el poemario “El quinde y los geranios”.
Aquí compartimos un fragmento de esta presentación:
Dos formas de ver el mundo colisionan a cada instante dentro y fuera de nosotros: uno es cosificante, el otro es comunero. El entusiasta aparato propagandístico de la codicia predadora nos dice que el mundo es un objeto, un recurso imperiosamente exprimible. Nos dice que sentir es una endeblez, que escalar implica rapiñar, que el éxito es impasible con el entorno. Que ahí está el plástico para sustituir la flor, el software para suplir el alma.

Leyendo

Por el grosor del polvo en los libros de una biblioteca pública, puede medirse la cultura de un pueblo
John Ernest Steinbeck