agosto 23, 2014

En Contumazá

Aprovechando la presencia de Helen y Kate Heery, viajamos a la provincia de Contumazá para visitar algunas bibliotecas.
Aunque no faltan pesares, el ánimo de los comuneros bibliotecarios es aleccionador. Y Ramiro Yglesias, nuestro Coordinador, no cesa en sus empeños para que la lectura reavive la vida comunitaria.
En la ciudad tuvimos la suerte de encontrarnos y saludar a doña Rosa Castillo, bibliotecaria de Chilim Taya del Colal y, ya en el campo, visitamos a Janet Cedrón, bibliotecaria de La Travesía.
Es tiempo de cosechas de trigo y de trillas en la zona, así que hay mucho trabajo en el campo. Pero no falta el afecto, la chicha de bienvenida y un tiempo para la conversa.
Visitamos también a Guillermo Paredes, veterano bibliotecario de la comunidad de Tamalurco; casi llegando a la comunidad de Shamón nos cruzamos con la señora Lucía Miranda, bibliotecaria del lugar, quien iba ya hacia los campos llevando el almuerzo para los trabajadores de la trilla.
No tuvimos la suerte de encontrar a Marta Iglesias, la joven y entusiasta bibliotecaria de la Hoyada Verde, pero estuvo la familia, con el generoso fervor de siempre.
Contumazá, en general, es una ciudad limpia que no ha caído en el vicio de construir adefesios de edificios en su zona, aunque no faltan en muchos lados –en el desmadre de la propaganda electoral–, las pintas en las peñas y las paredes malogrando el paisaje.
Y se nota la falta de agua, la migración del campo a la ciudad con el consecuente abandono de las escuelitas rurales…
Pero ahí vamos, juntos, buscando caminos y caminando.

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