junio 20, 2016

De curanderos y plantas

A finales de mayo, el Programa Comunitario de nuestra Red de Bibliotecas Rurales había invitado a coordinadores y maestros curanderos al II Encuentro de Capacitación de este año.
Pasamos momentos intensos y bonitos mientras compartíamos saberes sobre plantas medicinales y preparación de remedios. Todos juntos elaboramos y envasamos cientos de medicamentos naturales para el trabajo con los niños con discapacidades en el campo. Experimentamos también cómo preparar jabones naturales sin ingredientes tóxicos y aprendimos sobre terapias de lenguaje, motricidad fina, sensibilización e inclusión escolar y la adaptación de sillas, muletas y bastones para los niños con capacidades proyectables.
También los coordinadores compartían con el grupo sobre algunos temas que han aprendido a través de lecturas y auto estudio en sus casas y enseñaban prácticas de terapia que realizan en su sitio.
En la evaluación del evento se notó el ánimo de todos para seguir aprendiendo y participando.
Los encuentros son un punto de referencia importante para nosotros, para renovar el trabajo y fortalecer el ánimo.

Oxford aquí

Una caja repletita de fantasía y mundos para adentrarse nos llegó de Oxford University Press, animados por nuestros entusiastas amigos en Inglaterra.
Libros de excelente calidad en material y temática, en español y –sobre todo– para alentar a los niños con la lectura.
En un tiempo cuando los fierros retorcidos tienen más titulares que los espíritus fulgentes, gestos como el de compartir la semilla fecunda de los libros, son para celebrar, para admirar y agradecer, contentos.

Los cuyes y los zorros

En el marco de una jornada de capacitación organizada por el Programa Comunitario Para el Acompañamiento de Personas con Capacidades Proyectables –realizada en el hospital de Sócota–, profesionales de la salud, profesores y padres de familia participaron en también en una dinámica llamada “Los cuyes y los zorros”. Alfredo Mires, Coordinador de la Red, dirigió la actividad ayudado por Rita Mocker, la Responsable del Programa, y las coordinadoras del Programa en la zona.
En el conversatorio, después de la dinámica, se resaltaron los mecanismos de privatización –cada vez más agudos– por parte de pequeños grupos en desmedro de las mayorías. Alfredo nos hizo ver la tendencia que a veces tenemos para concentrarnos en los pequeños problemas –las disputas cotidianas–, mientras olvidamos que hay problemas enormes –la destrucción del planeta, la manipulación del sistema, la inercia de las autoridades, la contaminación de nuestra agua por proyectos extractivos o de basura, la pérdida de respeto en nuestra sociedad y el adormecimiento de las mentes de nuestros hijos... “Ahora nos enfrentamos con enfermedades que nunca antes habíamos conocido; nuestras calles están llenas de farmacias… ¿Cuándo fue que nos convertimos en una sociedad enfermiza?”
Alfredo saludó y felicitó a los trabajadores de salud, a los profesores y a los padres por el excelente trabajo que hacen para apoyar el progreso de los niños con dificultades y para aliviar su sufrimiento. “Cuanto más afortunados seamos, más tenemos que aprender y más tenemos que responsabilizarnos para servir a aquellos que nos necesitan. Porque cuando tenemos en el aula a un niño con dificultades, somos nosotros y los otros niños los verdaderos “beneficiarios”: así podemos también aprender a ser más solidarios, más generosos, más justos y más humanos”.

Abrir la mirada

Uno de los objetivos del trabajo del Programa Comunitario es disminuir la brecha entre las personas con discapacidad y los que no han tenido contacto con personas que padecen de alguna limitación similar.
Hace varios años que el Estado peruano promueve la inclusión escolar. También estamos viendo en todas las entidades públicas avisos de dar la preferencia en las colas a las personas con discapacidad. También hay leyes que apuntan a que estas personas puedan tener una pensión. Pero, ¿realmente ha cambiado algo en nuestra visión, en nuestra mente, en nuestros corazones?
“¿…y si usted fuera nosotros?” es la pregunta que el Programa Comunitario hace en los talleres de sensibilización y capacitación en las zonas rurales, a personal docente y de salud y a autoridades locales. Y las sorpresas con las que nos encontramos a veces son grandes.
En el mes de mayo, los coordinadores de Programa Comunitario de San Luis de Lucma y Sócota, en la provincia de Cutervo, habían organizado dos de estos talleres.
Pudimos escuchar las dificultades que enfrentan los docentes en sus aulas de inclusión, oímos sobre los bajos presupuestos de las oficinas encargadas de las problemática de discapacidad y de los tediosos manejos administrativos y burocráticos en las instituciones públicas…
Escuchar y debatir sobre estas dificultades es el primer paso. Pero también logramos sensibilizar a los participantes con dinámicas, prácticas y juegos de roles y así, de manera divertida, todos hemos abierto un poco más nuestros ojos y nuestros corazones. Y hemos aprendido algo que nos ayudará a poner el hombro o estrechar una mano a un niño con discapacidad.
Gracias a los auspiciadores, organizadores y participantes de estos eventos.

Junturas

A mediados de mayo tuve la oportunidad de viajar a Sócota para visitar a los niños con capacidades proyectables, juntos con los coordinadores de esta zona.
He visto el avance en sus habilidades de muchísimos niños, he gozado de su entusiasmo, su sonrisa, su sorprendente ánimo y su inmenso amor. También me he maravillado del crecimiento de los familiares de estos niños y de la extraordinaria solidaridad que despliegan los Grupos de Padres…
Y también he experimentado en carne propia el esfuerzo que invierten nuestros Coordinadores en este trabajo voluntario. Visitar a estos niños dos veces al mes –a veces incluso cada semana– y ver, a la vez, la difícil situación de vida de cada uno de ellos; luego poner el hombro, el ánimo, la voluntad y la energía para contribuir a que este niño, esta familia, esta comunidad, mejoren y sea una siempre buena tierra, es realmente admirable.
Hace unos días, Alfredo me dijo que el Programa Comunitario tiene un buen equipo. Quiero ratificar eso: tenemos –o somos– un equipo estupendo. Lo somos también gracias a lo estrictos que somos con cada uno, porque sabemos que en el trabajo con los niños no podemos postergar cosas o fallar.
Ustedes, Coordinadores y Voluntarios de la Red, son extraordinarios. Y les agradezco desde el fondo de mi corazón a todos los que contribuyen generosamentecon esta brega. Y sigo invitando a otros, quizá indecisos, a sumarse a este camino. Quizá así, todos juntos, logremos hacer de este mundo un lugar digno de caminar.
Rita Mocker

Aníbal andando

Mi nombre es José Aníbal Segura Tantaleán y soy del distrito San Juan, en la provincia de Cutervo.
Tengo para seis años en nuestras Bibliotecas Rurales.
La lectura es algo que enriquece los conocimientos y se conoce mucho más. Además que nos ayuda con la escritura o a comunicarse con los demás.
A mi me ha ayudado bastante para poder guiar a mis hijos, con la comunidad y la participación en asambleas o en diferentes reuniones.
En mi zona tenemos el desafío de mejorar las condiciones de la lectura; queremos reorganizar las Bibliotecas con gente más dinámica. A veces en las escuelas tienen una biblioteca, pero que está cerrada. Nosotros queremos animar a que las abran.
No faltan las dificultades, pero en algunos lugares aprecian muy bien estos esfuerzos.
Nosotros tenemos que seguir llegando.